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Hepatitis A

Su incidencia está estrechamente correlacionada con el bajo nivel socioeconómico, la falta de acceso al agua segura y saneamiento ambiental adecuado, cuando estos indicadores mejoran, la incidencia de la infección por virus de hepatitis A (VHA) disminuye

Esta infección presenta habitualmente una evolución benigna y asintomática, pero también se puede desarrollar excepcionalmente una forma grave y fulminante, con elevadas tasas de mortalidad.

No hay disponible un tratamiento específico, las medidas de prevención primaria son esenciales: provisión de agua potable, eliminación adecuada de excretas, alimentos limpios, mejoras en el nivel de ingresos; sin embargo, como todas las infecciones virales de alto inóculo la vacunación es el único método que confiere protección a largo plazo.

El VHA tiene como huéspedes humanos y primates. La transmisión de este virus se realiza por:
• Contacto persona a persona, lo que comúnmente se llama transmisión fecal-oral.
• Ingestión de alimentos o agua contaminados, lo que puede provocar brotes.
• Exposición a sangre contaminada, que es mucho más rara y de menor proporción.

Desde 2005 Argentina incorporó al calendario obligatorio la vacunación contra la hepatitis A para todos los niños y niñas a los 12 meses de edad con una estrategia de una única dosis. La experiencia produjo un gran impacto sobre la enfermedad marcando la desaparición de los brotes epidémicos anuales y las complicaciones asociadas, como la hepatitis fulminante y el trasplante hepático.

Síntomas: En la infancia, la mayoría de los casos cursan en forma asintomática (en el 70%, en los niños menores de seis años. Los adultos presentan signos y síntomas con mayor frecuencia que los niños. De hecho, la gravedad y la mortalidad de la enfermedad aumentan con la edad.

Los grupos de riesgo que deben recibir la vacuna contra la hepatitis A son:
• Viajeros a áreas de alta o mediana endemicidad
• Lactantes entre 6-11 meses que viajen a áreas de riesgo (no contabilizar como parte del esquema)
• Pacientes con enfermedad hepática crónica. Estos pacientes corren el riesgo de desarrollar una hepatitis A con mayor morbilidad que en la población general.
• Drogadictos.
• Hombres homosexuales y bisexuales.
• Riesgo ocupacional.
• Personas VIH positivas.
• Huéspedes inmunocomprometidos, en general.
• Embarazadas con factores de riesgo.

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